Apenas asoma el sol
por debajo de la puerta
ya se la ve en el balcón
tendiendo al aire sus
telas,
limpia hacendosa su casa,
su cariño va a la escuela,
prepara luego su cesto,
ya ha empezado la costera,
allá al caer de la tarde,
baja cantando la cuesta,
camino del viejo puerto
con su cesto en la cabeza,
llegaron llenos los barcos,
sin un hueco en la bodega,
y después de la subasta
carga, con garbo, la pesca,
sabe que ella es el sustento
y se afana en la faena,
lleva a fábrica la anchoa,
patea la puebla vieja.
¿A dónde vas tan corriendo?
¿A dónde vas panchonera?
hay un señorito en Liendo
que mis bocartes espera.
Cuentan que un día, Mariuca,
corrió al oír la sirena,
no llegó a puerto su amor
y preguntó en la
taberna:
- el barco no arribó al muelle,
se lo llevó una galerna.
Se la rompió el corazón
la superaron las penas,
y un triste día de mayo
dejo su huella en la arena,
entristeció la Salvé
sollozó la mar serena,
aún, en las noches de invierno,
vaga su alma por la puebla.
y un farol canta en su nombre
una salve marinera.
alegres y cantarinas
dejaron huella en la historia
las panchoneras pejinas
Chus
Castro 22/07/2018
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