Laredo, 27 de Junio de
2016
Enhorabuena, habéis ganado las
elecciones.
Habéis hablado, habéis dicho que
este gobierno lo ha hecho muy bien, que adelante, que pueden seguir haciendo lo
que quieran con vuestro dinero, que pueden seguir cogiendose una tajada para
sus necesidades, que es injusto que algunos estén procesados o en la cárcel.
Habéis dado el “visto bueno” a la
corrupción, a los recortes en Sanidad y Educación, a la Ley Mordaza, a la LOMCE,
al abandono de refugiados, a los mandatos de la “troika”, a las ordenes de la
UE, al aumento de la pobreza, a las cuentas de Panamá, a las financiaciones
ilegales.
Habéis dicho que todo está bien,
que el Sistema funciona, que todo vale.
Pero si algún día, vuestro Dios
no lo quiera, las multinacionales se comen vuestros negocios, si la gente no
entra en vuestros bares, en vuestras tiendas porque no tienen dinero para
gastar y tenéis que cerrar, y os veis en la calle, entonces, no llaméis a mi
puerta.
Si algún día, vuestro Dios no lo
quiera, un robot o los ajustes de personal os mandan al paro y por no poder
seguir pagando la hipoteca, vuestro “querido” banco os desahucia, entonces, no
llaméis a mi puerta.
Si algún día, vuestro Dios no lo
quiera, vuestras/os hijas/os no se van de casa porque no encuentran empleo o se
tienen que ir a malvivir, a “fregar platos” fuera de España, entonces no
llaméis a mi puerta.
Si algún día, jóvenes “gaviotos”,
vuestro Dios no lo quiera, a papá se le acaba el dinero y vuestro nivel de vida
se tambalea, entonces, no llaméis a mi puerta.
Si algún día, obreros miedosos,
vuestro Dios no lo quiera, os quedáis sin las migajas que vuestro querido
gobierno, tiene a bien concederos, entonces, no llaméis a mi puerta.
Si algún día, vuestro Dios no lo
quiera, no podéis jubilaros y aunque os duelan los huesos tenéis que seguir
trabajando hasta los 65 o los 70 años, entonces, no llaméis a mi puerta.
No llaméis a mi puerta. No os
molestéis, en mi casa no hay sitio.
Está llena de amigos/as, de
solidarios/as, de luchadores, de luchadoras, de inconformistas, de poetas, de
tontos/as de izquierdas, de trasnochados, de soñadores.
De mendigos, de
refugiados, de hambrientos.
De niños que no cenan, de niños trabajadores, de
niños soldado.
De niñas casadas, violadas, oblacionadas.
De padres en paro, de
mujeres maltratadas, sin derechos, mal pagadas.
De parias, de modernos y viejos
esclavos, de emigrantes, de exiliados, de negros en pateras, de sirvientas
explotadas.
De marginados/as del LGTB, de desahuciados/as, de golpeados por sus
ideas.
No. No llaméis a mi puerta,
porque mi casa está llena de gente decente.
Chus
Castro
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