¿Cómo podría
no quererlas?
Si fueron mensajeras
de un amanecer
henchido de ternura,
franco de dicha,
cubierto de amapolas
de eterna primavera.
¿Cómo soltarlas?
Si caería
en un profundo abismo
de oscuridad
fría y desolada,
en una eterna noche
vacua de luna,
en ciego laberinto
huérfano de salida.
¿Cómo no amarlas?
Si recorrieron
cada poro de piel
arrastrándome
a paraísos
enamorados,
bañados en lujuria,
llenos de estrellas,
desarbolados,
borrachos de placer.
¿Cómo podría
no perseguirlas
si ellas resuelven
mi única incógnita,
si me iluminan,
me sujetan con bridas
de verdadero amor
y me estrangulan
con lazos de cariño
que me atan a tu vida?
¿Cómo puedo pasar
yo de tus dedos,
de tus caricias,
de tus yemas sonrientes,
que me encadenan
a tu ahora,
y a tu siempre
a tu calor humano?
¿cómo puedo vivir
yo sin tus manos?
Chus Castro 09/05/2017
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