Se cataliza el mayor de los horrores,
llueven angustias de muerte que zahieren mis sentidos
y los suyos,
se oscurecen en noches de gas
que aparcan el amor en bolsas de basura.
Llueven fuegos que laceran la inocencia,
convulsiones de odio,
parálisis gratuitas,
llueven dolores intensos,
escalofríos de muerte,
se disparan las pupilas abriéndose al vacío
mientras sus mentes se encelan en un efímero por qué,
que se ahoga entre lágrimas que escuecen en los ojos
Llueven inocentes por el suelo
que se mueren poco a poco sin respirar,
sin saber,
sin ver la mano que envió la lluvia,
regando de gritos la nave del silencio,
¡que fácil es, cabrones…. asesinos!
la asepsia de los humos
¡Si les vierais su cara!
Romperse, helarse, dormirse para siempre.
Se tambalean los cimientos de lo humano,
los señores de la guerra
justifican, masacran,
machacan vidas anónimas que no tienen precio,
esconden bajo su alfombra de lujo sus vergüenzas,
nos acostumbran a la ignominia,
a los homicidios legales.
nos instruyen en la cómoda impotencia,
medran impunes.
y el dinero se reboza en sangre.
¡Maldita raza humana!
la que humilla, la que mata y la que calla.
Chus Castro 09/04/2018
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