Escalofrío caliente, que arrulla
o disparo de silencio que mata,
es esa insolente mirada tuya
que sin querer me desvela, me ata.
La busco al estar frío y me cobija,
me embruja, me enamora, me seduce,
me lanza un hechizo, me desvalija,
y hacia un bello paraíso me conduce.
Otras veces me mira de forma rara,
me desconsuela y duele, cuando triste,
enfriando el brillo de tu cara,
de velos protectores me desviste.
Pero sin ella tiemblo y desvarío,
vago
sin luz y pierdo la alegría,
me ahogo en el pantano más sombrío,
es mi savia y me nutre cada día.
Chus Castro
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