R.I.P.
(El director de su banco, sus ex-compañeros concejales, alcalde y miembros del Gobierno Vasco, ruegan una oración por su alma)
Llega inflexible la noche,
afilada la guadaña,
un alma yerma de espanto
vuela desde la ventana.
Y los banqueros bailando
y la ley ciega reclama,
poco le importa al sistema
que se incline la balanza.
¡Que no es tan negra la parca,
que para ella era muy blanca!
¡Que poco vale una vida!
Treinta monedas de plata
y el señorito se lucra
con la sangre de una casa.
Y la “buena gente” llora,
no sirve ahora de nada.
Nadie le echaba una mano
cuando angustiada gritaba.
¡Que no es tan negra la parca,
que para
ella era muy blanca!
Yace inerte sobre el suelo,
incongruencia macabra,
que quien al pueblo servía,
del pueblo no obtuvo nada.
Y volarán más palomas,
que estrellarán sus miradas,
mientras reine la injusticia
en esta sociedad manchada
Chus Castro 5/8/2016
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