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No hay fronteras en
los valles
ni fronteras en las
playas
están en leyes
impuestas
en el aire y en los
mapas
las inventaron los
reyes
para alejar nuestras
almas
separar a nuestras
hambres
y acallar nuestras
llamadas
hay fronteras que se
cruzan
y fronteras que se
saltan
fronteras de negro
alambre
que te humillan y te
matan
me duelen las que se
cierran
y las fronteras de
balas
pero las que más me
duelen
son las fronteras del
alma
esas que levantamos
invisibles y frías
con ojos egoístas
que miran de costado
pintadas de silencios
desnudas de empatías
ocultan otras vidas
que están a nuestro
lado
fronteras construidas
al pairo de otros
seres
que sufren mismas
penas
que penan mismos
males
fronteras ignorantes
fronteras personales
que olvidan los
tesoros
y cuidan los enseres
fronteras revestidas
con cómoda impotencia
del “no puedo hacer
nada”
“bastante hay con lo
mío”
del “ese es tu
problema”
”de paso de ti tío”
de fríos corazones
de cínica conciencia
solo tú eres culpable
de hacer estas
murallas
que esculpes con tus
manos
si escuchas y te
callas
no podrán hacer nada
si el pueblo sigue
unido
la unión hace la
fuerza
y juntos no nos paran
más para evitar esto
ellos cuentan contigo
cuentan con las
fronteras
que aíslan y separan
de vallas que
encontremos
pasemos
de muros que están de
más
de las
insidiosas y
rastreras
fronteras
sangrientas y
torticeras
¡nos quieren ver
separados!
¡rompamos estos
cercados!
¡pasemos de las
fronteras!
Chus Castro
Multiestrofa: Deconstrucción
de romance, soneto y serventesio alejandrinos y ovillejo final
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