Yo no voy, hasta tu tumba, a llevar flores
que estén muertas cuando llegue el blanco enero,
tu recuerdo sigue siendo de colores,
no hace falta que otros vean que te quiero.
Yo, de hacerte los honores, no me acuerdo,
pues tu muerte, con mi vida, no concuerda,
tu no vives permanente en mi recuerdo,
más revives cuando mi alma te recuerda.
Ya no huelen en el aire tus perfumes,
ya no estás, aunque estás donde estuviste,
en el polvo de la nada te consumes,
nada eres, aunque eres lo que fuiste.
Con la muerte tu existir se desvanece,
solamente en mis
recuerdos permanece.
Chus Castro 1/11/2018
Soneto isabelino dodecasílabo sin censura
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