¿ASÍ?
Y se detuvo el tiempo, arrugando
las sombras de la noche, dejando al sol colgado en un rincón recóndito de un
cielo deslumbrante que esperaba impávido la fusión de los cuerpos en un
instante ardiente e infinito.
El suelo se llenó de
margaritas deshojadas en el filo de una
sonrisa, mientras una lluvia cálida de estrellas, mojaba sus deseos, bañando,
en un edén, sus sentimientos.
Mil pájaros volaban en sus sueños
y un soplo de emoción desconocida llenó de culebras sus entrañas respondiendo a
un mundo de sorpresas esperadas, de ritos ensoñados.
La duda sembró un miedo
tembloroso entre sus dedos, mientras moría, poco a poco, en un suspiro anhelante,
ansioso de consuelo.
Y la muerte firmó un pacto con la
vida, y no murió la luz en el ocaso.
Las palabras mágicas que
cambiarían su vida salieron expectantes de sus labios, liberando la incertidumbre
que, hacía tiempo, carcomía machaconamente sus pensamientos.
¿Te quieres casar conmigo?
¿O, ASÍ?
Y se detuvo el tiempo,
arrugando las sombras de la noche,
dejando al sol colgado
en un rincón recóndito
de un cielo deslumbrante
que esperaba impávido
la fusión de los cuerpos
en un instante ardiente e infinito.
El suelo se llenó de margaritas
deshojadas en el filo de una sonrisa,
mientras una lluvia cálida de estrellas,
mojaba sus deseos,
bañando, en un edén,
sus sentimientos.
Mil pájaros volaban en sus sueños
y un soplo de emoción
desconocida
llenó de culebras sus entrañas
respondiendo a un mundo
de sorpresas esperadas,
de ritos ensoñados.
La duda sembró un miedo
tembloroso entre sus
dedos,
mientras moría,
poco a poco,
en un suspiro anhelante,
ansioso de consuelo.
Y la muerte firmó un pacto con la vida,
y no murió la luz en el ocaso.
Las palabras mágicas
que cambiarían su vida
salieron expectantes de sus labios,
liberando la incertidumbre
que, hacía tiempo, carcomía
machaconamente sus pensamientos.
¿Te quieres casar conmigo?
Desde mi punto de vista es la misma prosa poética.
Hay demasiada gente que corta los renglones de la prosa, la
escribe en “versos” y dice que es un “poema”.
Llevo años en el “caralibro” y solo
en dos ocasiones he visto una publicación encabezada por : “Aquí os dejo está
prosa poética…”, todos son poemas, y creo que hay que diferenciar.
La prosa, más o menos poética, es narrativa, tiene
continuidad, pinta la obra poética con un trazo continuo. El poema se pinta a
pinceladas. Salvo alguna excepción (rimada), no cuenta, no explica.
Pienso que los versos son disparos de corazón a corazón.
Creo que nos estamos cargando la prosa poética, la estamos
haciendo desaparecer. Tiene su propia entidad y es una bella expresión del
sentimiento.
Pienso que la confundimos con el “verso libre”. Este tiene
elementos que no tiene la prosa. El verso libre tiene, solo está libre de rima y
métrica, pero tiene otros elementos que le dan cadencia (repeticiones,
metáforas, rima asonante espontanea, figuras…). Inconscientemente el “versolibrista”
suple la rima con estos y otros elementos, buscando la máxima belleza.
ESTO ES, PARA MI, EL POEMA EN VERSO LIBRE
Un tiempo quedo
arrugaba las sombras
de la noche,
mi cuerpo la buscaba,
el sol, impávido,
calentaba mi deseo,
ardiente,
mojado
por la lluvia cálida
de las estrellas,
mil pájaros volaban
en mi sueño,
millones de culebras comían
mis entrañas.
¿Se lo digo?
¿y si me niega?
¿y si la noche vuelve
y se instala?
¡Ay!
negra duda...
no me asustes, no me
muerdas más,
y se llenaba el aire
de suspiros,
y se moría el ansia por
consuelos
¿y si me niega?
¿y si la noche vuelve
y se instala?
Angustia fría, sudores
secos
¡No puedo más, mi
amor!
¡Te necesito!
¿Quieres casarte
conmigo?
¡SOLO ES MI VERDAD!
¡BUSCA LA TUYA!
Con cariño y respeto
Chus Castro