Canto, desafinando por soleares,
desesperado,
lleno de rabia,
gimo por las esquinas,
lloro llamas amargas.
Trepo
por árboles de luto
respiro en pulmones exhaustos
ahogados por el humo.
siembro en semilleros de muerte,
en tumbas selladas.
Me baño en un lago de lágrimas calientes,
Muero en una noche ardiente de pena,
sufro, con impotencia,
angustias de soledades,
gritos de incongruencia que crepitan en la nada.
Desnudo y lleno de llagas,
me trago esta siniestra culebra,
esta jugada macabra,
me quemo con la tierra
me inmolo con palabras.
Maldigo al fuego y al viento
que satanizan un tiempo interminable,
un instante eterno
Me descubro
gritando venganza,
deseando males,
pidiendo castigo para criminales de fuego,
asesinos del aire.
Me seco las lágrimas
escupo un réquiem,
y le rezo
a mi no Dios
porque
se
me
rompe
el
alma
¡BASTA, YA!
Prohibición absoluta de utilizar los suelos quemados para cualquier otros fin.
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