jueves, 28 de noviembre de 2019

TRILOGÍA INTERIOR



Gayumbos

Ropa de origen humilde y de humilde trabajo
que, en triste situación, siempre estando debajo
calienta, por fricción, la zona de ahí abajo,
sufriendo los olores y el sudor del “badajo”.

Honestos y justicieros,
marcan fallos, sin clemencia,
suprimiendo diferencias
entre el rico y el obrero,
son, en extremo, sinceros
pues con ellos y en pelotas
lucimos, igual que idiotas,
nuestro aspecto verdadero.

Ya sea en lotes o suelta
una muda es de nobleza,
pero hay quién los da la vuelta
y agradecen la limpieza,
no te comas la cabeza,
los tiras, si te los cagas,
lávalos, y no lo hagas,
si te azota la pobreza,

si la mancha es de carmín
eres muy afortunado,
lava, entonces, con cuidado
y harás lejano su fin,
y si aprietan un pelín,
buscas unos seminuevos,
lo notará el “cilindrín”
y harás feliz a los huevos.

Blancos, largos, de algodón,
los usaban los abuelos,
ahora son como pañuelos
tipo slip o de calzón,
si ligar es la intención
hay que usarlos de colores…
así, al pasar “a mayores”
adornarán el sillón.

Estoicos impenitentes,
soportan ocres olores,
“ventoleras” y sudores,
de cobardes y valientes,
tragan ”la gota”, silentes,
si no hemos estado finos
y les “dan cancha”, prudentes,
a insolentes “palominos”.

Recargados o sencillos,
de pijos o de desecho,
por los suelos o en el lecho
en las noches de delirio,
acarician los “culillos”,
ocultan las emociones,
y nos tocan los cojones
los sufridos calzoncillos.

Chus Castro 24/11/2019
Cuaderna vía y coplas de arte menor


Bombachas

Como el verso va por rachas
y mi versar es fecundo
ayer hablé de gayumbos
y hoy hablaré de bombachas
y perdonen la muchachas
si al hablar de las braguitas,
de su mundo y de sus cuitas,
se me ve un poco el plumero
pues yo soy un caballero
y algunas son exquisitas.

Hay braguitas de algodón
y para llevar de viaje,
trasparentes y de encaje
para encender la pasión,
tangas para el pantalón
y para lucir con ligas,
y también las hay amigas
que te evitan el castigo
y subiendo hasta el ombligo
te calientan la barriga.

Las hay de cintura baja,
de teenager, de señoras,
y atrevidas violadoras
que se cuelan por la raja.
Otras que sirven de faja,
aunque no muy confortables,
te hacen un tipo notable,
y, aunque parezca increíble,
también las hay comestibles
y, como no, desechables.

Debo de reconocer
que tengo cierta "querencia"
dado que en mi adolescencia
era un "ver y no poder".
Me hacían enardecer,
me escondían ese nido,
del placer y lo prohibido,
que, sin saber la razón,
causaba mi quemazón
y excitaba mi libido.

Preámbulo del placer,
siempre es un gusto quitarlas,
tirarlas y abandonarlas
justo antes de joder,
pero el crudo envejecer
tranquiliza el caminar
y solo suele quedar
pa sentir su suave roce
experimentar el "goce"
de llevarlas a lavar.

Y, como haya menester,
cierro este escrito bromista
con un grito feminista
que empodere a la mujer.
¡Que se lo crea el "poder"!
ni imposiciones, ni trabas,
para que, hagan lo que hagan,
sin su sí, sin su permiso,
ningún machista o narciso
pueda bajarles las bragas

Chus Castro 25/11/2019
Espinelas


Teteros

Y cierro esta trilogía
con esa prenda sagrada
que, bien puesta o bien quitada,
despierta la fantasía,
ese aviso de ambrosía
que sujeta esos encantos
que hacen babear a tantos
con su turgente osadía.

Unos "sostén" lo proclaman,
otros lo llaman "brassier",
a mi modo de entender
es tonto lo que divagan,
pero hay otros que reclaman
que, aunque los nombres no inquietan,
más que sostener, sujetan
y "sujetador" le llaman..

Los hay “a pedir de boca”,
para adentro o para afuera,
pa casadas y solteras,
sin costuras o con copas,
otros que nostalgia evocan,
y otros de color visón
que congelan la pasión
y la impotencia provocan.

Los hay castos, deportivos,
sin tirantes o con aros,
más baratos o más caros,
muy cómodos o festivos,
que son parcos en motivos
o insinúan con descaro,
muy utilizados o en paro,
entrañables o furtivos.

Merece especial mención
ese sufrido tetero
que, en silencio y con esmero,
las eleva hasta el mentón
y ese otro con "colchón"
que rellena las camisas
y a las que nacieron lisas
les sirve de solución.

Antes eran más prudentes,
sumisos y vergonzosos,
ahora son más poderosos,
libertarios e insurgentes.
¡viva la mujer valiente!
más, sin quitar libertad,
podamos juntos gozar
de los más irreverentes.

Chus Castro 27/11/2019
Octavas de arte menor

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