Ellas
las olas de mis mareas
las creencias más ateas
que trasiegan por mis sueños
lían
mi crisálida encantada
mi sonrisa enamorada
y sus besos son mis dueños
ellas
las monjas de mi convento
las sílfides de mi viento
que danzan en mi alegría
rizan
los hilos de mi templanza
las crines de mi esperanza
mi sustento y mi armonía
ellas
mi éxito más notorio
la foto de mi escritorio
que adorna mis soledades
llaman
a retreta en sus regazos
a acampar entre sus brazos
y a acunarse en sus bondades
ellas
mi calentura y mi frío
mi razón y mi albedrío
mi entregada libertad
calman
el picor de mis desganas
el cansancio de mis canas
y el peso de mi verdad
ellas
dan sentido a mis auroras
ocupan todas mis horas
saben secar mi sudor
reinan
son mi paz y mi milagro
en su altar yo me consagro
no se vivir sin su amor
Chus Castro 16/04/2020
Octavillas marineras
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