Recuerdo
las mañanas
de domingo
andando
de tu mano
por la acera
te miro
en mi ventana
y te distingo
colmando
de ilusión
mi primavera
llenaste mi baúl
cuando fui niño
secaste mi dolor
con tu pañuelo
me diste
tu sudor y tu cariño
y desde tu panal
levanté el vuelo
después de trabajar
toda una vida
apenas comenzado
tu retiro
la parca
traicionera y homicida
buscó
tu perdición
en un suspiro
hoy padre me afané
por no olvidarte
sonríe el corazón
al recordarte.
Chus Castro 19/03/2018
Soneto
isabelino asonantado y deconstruido
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