Quiero dedicar este poema a todxs lxs que, como yo, no necesitan un Dios que les ayude a caminar.
¿Tú crees que,
sin él, que no?
yo no
A mi alma
cuando quiero
requiero
Yo me resfrío
sin tos
de Dios
Aunque no lo
creáis vos,
para querer al
amigo,
para asistir al
mendigo,
yo no requiero
de Dios.
Me sobra la
caridad
practicada por
mandato,
y sin rezar,
en
mi plato,
pongo
solidaridad.
Y no creo en tu
verdad,
ateo soy y no
acato,
yo no soy
ningún beato
y mi vida es
ayudar.
Nadie va a
solucionar
tu pena y tu
sufrimiento,
sólo tú,
mirando dentro,
mirando dentro,
podrás dejar de
llorar,
sólo tú podrás
lograr
la paz en tu
firmamento.
Pero no diré ni
mu
si tú
sin venderme
tus recetas
respetas
igual que a tu
letanía
la mía
Sigue con tu
“Ave María”,
yo prefiero la
razón,
y respetaré tu
opción,
si tu respetas
la mía.
Chus Castro 08/01/2018
MULTIESTROFA:
Sonetillo empotrado entre dos ovillejos.
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