Es bella obligación
del ser poeta,
ser grito,
ser pregunta
y
ser respuesta,
ser suspiro
y
rapsoda
de un amor comprometido.
Tenemos
que plasmar el sentimiento,
debemos
de luchar con la palabra,
que el verso,
mente y corazones
abra,
y nos haga vivir
cada momento.
Que sea
fiel testigo del lamento,
un respiro
de esta vida macabra,
verdad
que a la mentira
descalabra,
delicia
y
del espíritu,
alimento.
Tenemos que abrazar
con nuestras rimas,
besar
con el suspiro de la pluma,
ser aire
y
discurso en las tarimas,
ser ola,
marejada,
suave espuma,
balada
que disuelva la calima,
tisana
para todo lo que abruma,
y
el que no sepa ver,
pues que no vea,
que pierda
su mirada en la pantalla,
que duerma
mientras su vida se ralla,
y no vea la mar mientras pasea,
que no huela
el frescor de la marea,
que se muera su tiempo
mientras calla,
que no tenga dolor
cuando algo falla,
que no sienta calor
y
muerda brea.
El sistema nos acalla
y
adormece,
nos llena
de morralla las esperas,
nos pone bacalao,
mientras nos mece
y
si no andas despierto,
no te enteras.
El problema
que te anula
y
empobrece
es ver la vida
con
anteojeras.
Es bella obligación del ser poeta,
tratar de revivir
la lerda espera,
tratar de convertir
en flor,
la seta,
quitar todas las trampas de la acera.
Debemos,
con el verso,
hacer conciencia,
ser faro
y
servir de referencia.
MULTIESTROFA DISPERSA: Seguidilla compuesta + 2 sonetos + sextina real
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