Me declaro
independiente
de patrias
y de banderas,
de macarras indecentes,
de curas
y plañideras,
de padres
y salvadores,
de reyes
y emperadores,
de listillos
y voceras,
de sabios impertinentes.
Me declaro
independiente
de gobiernos displicentes,
de periodistas vendidos,
de imbéciles atrevidos,
de banqueros malolientes.
Me declaro
independiente
de cretinos
y egoístas,
de falsos progres silentes,
de borregos consumistas,
de demócratas fascistas,
de niñitos repelentes.
Me declaro
independiente,
de cómodos
y miedosos,
de esclavos indiferentes,
de vampiros rencorosos,
de tristes
y de cautivos,
de fanáticos casposos,
de jefes
y ejecutivos,
de pendejos
y envidiosos.
Me declaro
independiente
de mansos televidentes,
de alegres sodomizados,
de burdeles adornados,
de poetas de salón
y de algún que otro mamón,
que se siente salvador,
de este mundo idiotizado.
Me declaro
independiente,
solidario y disidente,
voy a hacer una nación,
sin banderas,
ni colores,
donde se luche con flores
y gobierne
el corazón,
donde impere
la razón,
la luz
y la poesía
donde quizás,
algún día,
nos cojamos de la mano
y sintiéndonos hermanos
vivamos en armonía.
Si quieres,
piénsatelo,
quedan plazas todavía.
Multiestrofa dispersa: Octavillas, quintilla, sextilla,
aleluya y décima final con bordón.
Chus
Castro 28/10/2917
