Manda sonoro el piano,
suena elegante el violín,
se desmelena el flautín,
canta, canta la soprano.
Bailan y se dan la mano,
el oboe y el trombón,
el bajo marca su son,
vuelan, vuelan, entre soles,
las corcheas y bemoles,
me desborda la emoción.
suena elegante el violín,
se desmelena el flautín,
canta, canta la soprano.
Bailan y se dan la mano,
el oboe y el trombón,
el bajo marca su son,
vuelan, vuelan, entre soles,
las corcheas y bemoles,
me desborda la emoción.
Siento su dulce armonía
alcanzar sublimes cotas,
y en el jardín de las notas,
disfruta la melodía.
Pero me pasa algún día,
y no sé muy bien porqué,
que me amarga su buqué.
Mento la pena y lamento,
siento con rabia y consiento,
que envenene mi café.
alcanzar sublimes cotas,
y en el jardín de las notas,
disfruta la melodía.
Pero me pasa algún día,
y no sé muy bien porqué,
que me amarga su buqué.
Mento la pena y lamento,
siento con rabia y consiento,
que envenene mi café.
Mi sentido común dice
que descalabre la pena,
que esta vida es cosa buena
y la suerte me bendice.
Entonces dejo que rice
los enredos de mi enjalma,
escucho su miel con calma,
se serena el corazón,
y aunque no haya una razón,
la música endulza el alma.
que descalabre la pena,
que esta vida es cosa buena
y la suerte me bendice.
Entonces dejo que rice
los enredos de mi enjalma,
escucho su miel con calma,
se serena el corazón,
y aunque no haya una razón,
la música endulza el alma.
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