Se paró la vida
En el laberinto de
sus brazos
las estrellas
susurraban mi nombre
en una noche de ron y
de coral.
La luna desparramaba
su luz
y el silencio tocaba
el piano
sobre una colcha
llena de rosas.
Brindamos por nuestro ahora
entre susurros
burlones
de un pasado que no
estaba.
Nuestros cuerpos calientes
se rebelaron contra
el tiempo
en una orgía de risa
y de deseo.
Caímos en el sopor de
los años,
en el sueño de los
niños,
en el respaldo de lo andado.
Me deslumbró el
amanecer
rozando mis sueños de
aire,
y el sol lloró sobre
mi dicha.
¡Se paró la vida!
y ella estaba allí,
conmigo.
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