Me eduqué en un
colegio de curas porque mi madre se empeñó.
Fui a misa los domingos
porque la iglesia se empeñó.
Hice la Primera
Comunión por que la sociedad se empeñó.
Me iluminaron con
“Ejercicios espirituales” porque los curas se empeñaron.
Sufrí la penitencia
de mis pecados porque mi ignorancia se empeñó.
Procesé el “temor de
Dios” porque mis maestros se empeñaron.
Me confirmó el señor
obispo porque Franco se empeñó.
La constancia dio su fruto.
Gracias al empeño de
tanta gente, ahora soy ateo.
CIBERCHUS
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