miércoles, 31 de octubre de 2018

GUATEMALA, ORGÍA DE COLORES




En una noche especial
me acunó Huehuetenango,
con gente fuera de rango,
con la magia del quetzal,
y de manera especial
dos estrellas me alumbraron,
dos soles que se esforzaron
en calentar mi alborada
y, en una luna versada,
en mi alma se quedaron.


De vuelta en el Barceló,
ajusta bien tu reloj
y prepara la cartera,
que comprarás lo que puedas
allá en Chichicastenango


y, si no quieres andando,
hay aviones de tres ruedas.


Haz tortitas de ración,
oyendo a tu corazón,



una paradita y toma,
y luego vete hacia el lago,
donde domina Atitlán
luciendo blanca corona,
y, acomodado en su loma,
rinde guardia Tolimán.


San Pedro cuida el lugar,
el agua juega a pescar
y, entre jabón y sudores,


una orgía de colores
te espera al desembarcar.


En Santiago, de oración,
gozando en cada rincón
y, si tienes mal de amores
o en las entrañas picores,
te curará Maximón.


No pierdas tiempo y palante,
y, en un avión de los de antes,


derechitos hacia Flores,
donde empiezan los sudores
de la selva tropical,
¡qué redoblen los tambores,
mañana toca Tikal!


Allí, fundido en el verde,
nuestro sentido se pierde
en la esencia de los mayas,
y, vayas por donde vayas,
te seduce la foresta,
hasta subir a la cresta
de templos inmemoriales,
verdaderas catedrales
que se suman a la fiesta.


Me dice el grito animal
que yo no soy importante,
un ser insignificante
perdido en lo natural,


que alguna dicha es casual
y hay que apurar el momento,
que la vida es el sustento
y que se puede acabar,
quiero ser ola en el mar
y estrella en el firmamento.


Y apuraré hasta el final,
el susurro de este canto,
disfrutando del encanto
de la Antigua colonial,


con permiso del volcán,
soñaré, por su empedrado,


con otro tiempo pasado
que sabiduría encierra,
y marcharé de esta tierra
rendido y enamorado.


Chus Castro 26/10/2010
Multiestrofa

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