lunes, 13 de julio de 2015

¡Otra vez, no! ¡Por favooor!


En las elecciones generales de 1996 Izquierda Unida consiguió, de la mano de Julio Anguita, los mejores resultados de la historia de la formación:10% de votos y 21 diputados. 

La gente de izquierdas, como yo, dábamos botes de alegría. Era el momento de que, con la presión de IU, el PSOE se viera forzado a recuperar el rumbo hacia la izquierda que había perdido varios años atrás.

Fue entonces cuando Anguita "nos salió rana", a todos los "desilusionados del PSOE" que no éramos del PC y le habíamos votado (creedme, éramos muchos) con renovadas ilusiones. Con su tristemente famosa "pinza" y su intransigente "programa, programa, programa" echó por tierra todas nuestras ilusiones.

Fue el Califa, el que con su soberbia programática no tuvo la humildad suficiente para hacer lo que la ciudadanía le pedía: confluir con el PSOE para formar un gobierno más social, más justo con todos, que repartiera la riqueza más equitativamente. Se cargo, así de un plumazo, las opciones de la izquierda moderada.

Desde entonces, los que corrimos delante de "los grises"; los que nos reuníamos a escondidas para cantar a Paco Ibáñez, a Rosa León,
A Pablo Guerrero o Lluis Llach; los que nos jugábamos los exámenes en la Universidad por montarle a Franco una huelga; los rojos de rabo y cuernos, perdimos para siempre la gran oportunidad y nos vimos abocados durante el resto de nuestra vida al "voto útil", contemplando impotentes cómo se iban enroñeciendo nuestras viejas ideas sin un atisbo de que las cosas cambiasen.

¿Os va sonando la historia?

Surgió el 15 M y con él empezamos a buscar de nuevo la vieja camisa roja en el armario. Era un movimiento demasiado libre, sincero, bonito y dudábamos desconfiados de que aquello se pudiera encauzar.

Por eso cuando surgió Podemos, lo vivimos como un proyecto ilusionante.

¿Sería posible que, por fin, la tortilla diera la vuelta?

La confirmación llegó con las últimas elecciones municipales y autonómicas. La Colau en Barcelona, la Carmena en Madrid. Fue una noche maravillosa. Las ciudades y los pueblos iban cayendo como peras maduras.

¡El pueblo al poder!
Las ratas del PP abandonaban el barco. ¿Sálvese quién pueda ?

Días después escuchaba con ilusión a Pablo Iglesias: no a los desahucios. Los ricos tienen que pagar más. Movimiento asambleario. Participación de todos....etc.

¡Sonaba tan bien que me lo creí!

Cuando a las pocas semanas la figura del gran Califa (Julio Anguita) surgía de la nada y aparecía de "colegueo" con Pablo Iglesias, comenzó mi "mosqueo".

Lamentablemente la cosa fue a más. Comenzaron las purgas leninistas, las viejas prácticas del PC. Expulsiones de disidentes en Santander, en Madrid (que animalada), rotura de relaciones con plataformas ciudadanas...etc y cuando  estas plataformas muestran en los Ayuntamientos cual ha de ser el camino...

Surge otra vez la soberbia, la intolerancia, el "dedismo", el engreimiento, el mesianismo de Anguita, reencarnados en una persona, Pablo Iglesias, que, sinceramente, me ha engañado (que razón tenían mis amigos) ¡Tenía tantas ganas de creérmelo....!

Pero no he perdido la esperanza.

El pueblo se ha levantado y hay mucha gente que aún conserva vivo el espíritu del 15 m, el espíritu de Podemos, el espíritu de la DEMOCRACIA REAL.

Es el momento de apoyar a "Ahora en Común" (AeC)  la plataforma ciudadana que aún puede conseguir hacer este sueño realidad.

Han pasado casi 20 años. Ahora tenemos otra gran oportunidad, probablemente la última, de cambiar el curso de la historia. No la dejemos escapar.

¡Otra vez, no! ¡Por favooor!

                                                                                                        CIBERCHUS 12/07/15



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